Cuando observo con el alma, escucho con todo mi ser. 
Armando Rojas Guardia, poeta, maestro, amigo insustituible, ahora te encuentro en la Luz. 
LA LUZ NUNCA NOS DEJA
Creo firmemente
en la Luz 
la que nunca nos deja
aquella que se refleja 
en los cristales acuosos
del llanto con el que se miran
las filigranas de nubes
en las noches más oscuras
creo que ella
salta los linderos de la desesperanza
y corre
corre lejos del país del desatino
donde la demencia colectiva 
insiste en trazar mapas  
en delinear fronteras sobre las aguas
Por cuanto intangible y cierta 
su naturaleza absoluta 
es el cosmos infinito del alma
Creo 
en su porfiada esencia libre
en la inminente capacidad 
que tiene de caer 
redonda como las cosas ciertas
oblicua y perpenticularmente
sobre la tozudez humana
hasta dejarla muda 
de tanta hermosa locura
Aquello que 
los vigilantes de las tinieblas 
insisten en llamar 
concienzuda razón del orden de las cosas
no son más
que inútiles cárceles 
para el resplandor  
que solo tienen las almas auténticas
viajeras expertas 
entre los barrotes 
y las grietas
y los puños apretados 
El credo de Vida
es fecundo manifiesto   
donde todo tiempo es perfecto
Fuera de las murallas 
de la ciudad de la noche
de las calles del desconsuelo
de las tierras del fango
más allá de los párpados caídos
de los ángulos obtusos
de los músculos rígidos 
del abismo de sueños
ilumina sin enceguecer
la escrupulosa verdad 
que siempre es
Yo creo que la Luz
nunca nos deja
nos basta solo vivir en ella
confiadamente desnudos 
sin temor alguno a los desengaños
©hebemunoz

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